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Sename destaca baja sostenida en jóvenes privados de libertad

En la actualidad, el centro de internación provisoria y de régimen cerrado (CIP-CRC), ubicado en Las Compañías, tiene 19 jóvenes en proceso de reinserción, cifra muy distante de las 40 plazas con las que cuenta el recinto.

A partir del pasado primero de octubre, el Servicio Nacional de Menores (Sename) quedó a cargo del área de justicia y reinserción juvenil. Lo anterior, brinda una mayor especialización al trabajo que se ha realizado desde el año 2007, cuando entró en vigencia la Ley de Responsabilidad Penal Adolescente (RPA).

El Sename Coquimbo cuenta con tres centros para llevar a cabo la labor de reinserción: el centro semicerrado (CSC) de La Serena, donde los jóvenes cumplen sanciones decretadas por tribunales, que consisten en la pernoctación obligatoria y el desarrollo de actividades dentro y fuera del recinto. En tanto, en Las Compañías se encuentran emplazados el centro de internación provisoria (CIP), donde los jóvenes cumplen medidas cautelares privativas de libertad, mientras se hace la investigación; y el centro de régimen cerrado (CRC), donde cumplen sanciones privativas de libertad. Ambos son resguardados por Gendarmería.

Tanto el CIP como el CRC han experimentado una baja sostenida en el ingreso de adolescentes que han infringido la ley. Actualmente, hay trece jóvenes en sistema CIP y seis en CRC, cifras muy por debajo de años anteriores, donde incluso se temía por una sobrepoblación. En palabras del director del CIP-CRC La Serena, Luis González, “esto se debe a las experiencias socioeducativas que apoyan los procesos de reinserción y que aportan a la autonomía progresiva de los jóvenes”. 

¿Qué tipos de experiencias socioeducativas? Los equipos de intervención técnica han desarrollado diversas instancias de resocialización de los y las jóvenes que cumplen sanciones. En su implementación se dan distintas instancias, “las que evolucionan desde el nivel individual hasta acciones sociocomunitarias”, enfatiza Luis González.

A nivel individual destacan la incorporación de hábitos, el respeto por la normativa, la participación en instancias de diálogo y acciones de retroalimentación, que se desarrollan en distintas etapas de la permanencia del o la joven al interior del centro. “El trabajo regular y constante, con líneas de tiempo claras y precisas, ha permitido a los y las menores de edad proyectar su permanencia y regular sus acciones, orientándolas al logro de metas a corto y largo plazo”.

La directora (s) del Sename Coquimbo, Patricia Alfaro, destaca a su vez que “las acciones están orientadas a que los jóvenes hagan uso de su derecho a petición y a ser escuchados, a conversar sobre sus procesos, proyecciones e intereses. Es una instancia de diálogo, de comunicación y de un compromiso de cambio por parte de los jóvenes, un momento participativo que promueve el reconocimiento, el respeto y la valoración de estas instancias”.

Posteriormente, el primer paso hacia la obtención de beneficios en el medio libre es la intervención sociocomunitaria, acorde a los tiempos de permanencia del joven y el nivel de avance en el cumplimiento de su sanción. En su desarrollo, “los jóvenes se reencuentran con la comunidad y participan de acciones de pintura mural en espacios comunitarios, jardines, plazas, sedes vecinales, entre otros. Además, este acercamiento orienta a las y los jóvenes para que, posteriormente, puedan salir en la búsqueda un de empleo en las oficinas de intermediación Laboral (OMIL), visitar entidades de educación superior para incorporarse al ámbito educativo, asistir al Registro Civil para el ejercicio cívico de renovación de cédula, etcétera”, subraya Luis González. Lo anterior, permite que los adolescentes -acorde a su etapa de desarrollo- puedan ir tomando decisiones sobre el ejercicio de sus derechos, acercándose a su etapa de reinserción en la comunidad.