La relación entre ambos se caracteriza por marcar la historia familiar y el desarrollo personal de cada integrante.
Durante el último tiempo, ha aumentado la esperanza de vida, por lo que la relación entre nietos y abuelos cada vez es más frecuente. Por eso mismo, se busca celebrar cada 26 de julio el Día Mundial de los Abuelos, que intenta concientizar sobre el aporte emocional, social y educacional que ellos entregan a los nietos.
“Los niños logran aprender muchas cosas de sus abuelos. Entre ellas, la manera de ver la vida, hobbies, valores y conocer o entender la historia familiar. Tener una relación con ellos les permite valorar a las personas mayores y verlos como pilares fundamentales de cariño o sabiduría”, explica María José Gálvez, psicóloga del Centro de Adulto Mayor de Clínica Universidad de los Andes.
Además, los jóvenes tienen la posibilidad de contar con un modelo de envejecimiento, que les entrega la oportunidad de conocer desde cerca personas mayores que han sido capaces de sobrellevar diversos desafíos presentados durante sus vidas.
Por parte de los abuelos, la psicóloga, afirma que “esta relación es un hito que los marca, en donde experimentan un amor distinto al que sienten por sus hijos”. En algunos casos, padres que no desarrollaron una buena relación con sus hijos, por distintas razones, pueden hacer una reparación del vínculo anterior a través de los nietos.
Aquí, se puede lograr una interacción de “tú a tú”, que genera un lazo de mayor conocimiento, madurez y compasión, que en el pasado no se pudo dar.
La presencia de los abuelos en la vida familiar no sólo es en el día a día, sino también pueden estar en lo espiritual.
“En el caso de aquellos que hayan fallecido, pueden estar presentes, gracias a que a los niños conocen cómo eran, o relacionarlos con ciertas características personales de ellos. Así, el círculo íntimo hace que la persona que partió siga siendo fundamental en la historia familiar”, agrega María José.
Algunas recomendaciones para el acercamiento con los nietos:
- Jugar a entrevistarse, por ejemplo, preguntarse ¿cuáles son tus intereses?, ¿cuáles son tus proyectos?, ¿ramos favoritos del colegio? o ¿qué cosas te gustaban hacer cuando eras niño?
- Contar acerca de la historia familiar.
- Compartir hobbies involucrando a los nietos, como juegos de mesa o deportes.
- Practicar tradiciones familiares, como actividades, juegos o elaboración de platos de comida.
Muchas veces los abuelos tienen la oportunidad de cuidar a sus nietos, por lo tanto, intervienen en ellos en la enseñanza de respetar límites, aunque sean más flexibles que los mismos padres, en donde entregan más espacio de juego o diversión.
La psicóloga comenta que, a través de esto, potencian este vínculo, generando un espacio seguro y de afecto. Gracias a esta relación, los abuelos pueden tener beneficios en la memoria, la velocidad del procesamiento de información y pueden mantenerse activos físicamente.