De acuerdo a un estudio realizado por Déficit Cero y el Centro de Políticas Públicas de la U. Católica, en la región hay casi 20 mil familias que no pueden acceder a una vivienda adecuada, y de ellos, el 88% viven allegadas, hacinadas o en casas irrecuperables.
La zona además cuenta con campamentos precarios, sin acceso a servicios. De hecho, el 90% de ellos no cuenta con acceso a agua potable.
En la región de Coquimbo hay 17.557 familias que hoy no pueden acceder a una casa adecuada viviendo allegadas, hacinadas o en viviendas irrecuperables. Esto de acuerdo a una estudio realizado por Déficit Cero y el Centro de Políticas Públicas de la U. Católica llamado “Análisis Territorial del Déficit Habitacional” que da cuenta de cuáles son los principales problemas que viven las regiones en cuanto al acceso a la vivienda.
De acuerdo a Clemente Larraín, coordinador de estudios de Déficit Cero, en la región existe una alta proporción de viviendas irrecuperables, alzando un 12,8% del total, muy superior al 6,6% del promedio nacional, lo que señala que hay un gran número de familias que viven casas que hoy no están aptas para habitar. Por otro lado, hay dos detalles que llaman la atención, el primero es que el 70% de quienes lideran los hogares hacinados, allegados o en viviendas irrecuperables son mujeres, 16 puntos porcentuales sobre la media nacional y, además, existe una alta proporción de jefas y jefes de hogar que pertenecen a un pueblo originario, llegando al 20%, lo que es 11 puntos porcentuales superior al promedio nacional.
Para Larraín, esta diversidad en la constitución de las familias que hoy no acceden a una vivienda, “da cuenta de la necesidad de pensar en soluciones variadas, que puedan atender los requerimientos que tiene cada región. Por eso es necesario que exista una coordinación entre el Estado, organizaciones, redes de dirigentes y el sector privado, pero sobre todo con las familias, que son las que conocen de primera mano qué es lo que necesitan para responder a esta crisis habitacional”.
Campamentos sin servicios
De acuerdo al estudio, en la región de Coquimbo hay 32 campamentos, en los que viven 1.920 familias y la mayoría de ellos están concentrados en La Serena y la comuna de Salamanca. Del total de estos asentamientos, el 66% no tiene acceso a ningún servicio básico: el 90% no tiene agua potable; el 78% no cuenta con acceso formal a la red eléctrica y el 97% no tiene alcantarillado, sin embargo, en todas las comunas existe al menos un campamento que sí tiene acceso a estos servicios.
Para Larraín, esto da cuenta de la urgencia a la hora de pensar en soluciones habitacionales: “El país no puede permitir que tantas familias vivan en estas condiciones, ni allegadas, hacinadas o en viviendas con daños irrecuperables, por lo que es necesario pensar en soluciones a corto y mediano plazo, para responder las necesidades de todas las personas que hoy no acceden a un hogar. En ese sentido, se hace urgente abrir el abanico de políticas habitacionales que vayan más allá de los subsidios”.
Francisco González, director regional de TECHO-Chile en Coquimbo, remarcó que la región está pasando por una grave sequía y “si consideramos que solo el 32% de los campamentos están en la periferia de las ciudades y el resto en sectores rurales, vemos que la mayoría de las familias de campamentos no solo vive la sequía de manera aún más cruda, sino que también están segregados y con casi nulo acceso a los bienes públicos y servicios de la ciudad. Esto nos debe impulsar a trabajar con sentido de urgencia, de forma articulada y colaborativa en la emergencia, partiendo por suplir necesidades tan básicas de un hábitat adecuado como el acceso al agua, y sobre todo en soluciones transitorias acordes a las necesidades de los diferentes territorios para fortalecer el camino hacia la formalidad y disminuir esta gran y dolorosa brecha.
Dominique Keim, coordinadora de Investigación Aplicada del Centro de Políticas Públicas UC sostuvo que a raíz de que el déficit no se distribuye ni compone de forma homogénea en el país ni en las regiones “estos datos muestran también que existe una alta heterogeneidad en las características de las familias que requieren una vivienda, lo que implica que para abordar de manera correcta este problema se necesita conocer información detallada, que conduzca a diseñar respuestas pertinentes al territorio. A su vez, hay comunas y zonas específicas que concentran un alto déficit habitacional; saber dónde están esos requerimientos es fundamental para orientar los esfuerzos”.