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Contaminantes en agua potable fueron detectados en agua potable en la Serena y Coquimbo.

Alerta provocó un estudio de la Universidad Católica sobre contaminantes «fantasmas» en el agua potable de La Serena y Coquimbo, además de Copiapó. Los investigadores de la PUC evidenciaron presencia de perclorato y clorato en el recurso vital tras 3 años de investigación de su Laboratorio de Biotecnología y Microbiología de Ingeniería Hidráulica y Ambiental.

Ante esta situación, el diputado Daniel Núñez (PC) resolvió proponer citar a la próxima Comisión de Recursos Hídricos a Aguas del Valle, a la SISS y a los académicos de este estudio.

«Me parece muy grave el estudio que hay y que arroja que el agua tanto en la ciudad de Copiapó como en La Serena y Coquimbo que tendría una serie de elementos contaminantes que podrían afectar la salud. Hay que llegar a fondo con esta situación, saber si hay un origen natural, artificial, es decir, de acciones humanas u otra situación que desconocemos. Para poder comprender a fondo lo que ha ocurrido, para poder comprender este tema que se ha generado, las consecuencias que pueda tener esta presencia de elementos que puedan ser nocivos para la salud, propondré esta citación a la Comisión de Recursos Hídricos de la Cámara», afirmó.

Por su parte Ignacio Vargas, encargado del estudio, explicó que «estas sustancias probablemente han estado por muchos años presentes en nuestras aguas, como se muestra en el artículo científico que recientemente publicamos en la revista Environmental Research, titulado: «Perchlorate contamination in Chile: Legacy, challenges, and potential solutions». En este caso, no existe necesariamente un culpable. Su ocurrencia puede ser de causa natural y así ha sido descrito en diversas investigaciones, especialmente en zonas como el Desierto de Atacama».

Vargas aclaró que «la empresa proveedora de agua (en referencia a Aguas del Valle en la conurbación) no es responsable ni de la ocurrencia de estas sustancias, ni del tratamiento de estas (ya que no son sustancias normadas, por ser emergentes). No confundirse pues su ocurrencia no tiene que ver necesariamente con concentraciones de otras sustancias que sabemos que son nocivas como el arsénico, pesticidas, etc. El perclorato y clorato son sustancias no reguladas en Chile. Ahora podemos medirlas, por tanto, me parece algo positivo, ya que podemos trabajar hacia futuro. El mensaje es que ahora que podemos medirlas es momento de empezar a monitorearlas para saber la magnitud de su ocurrencia en una escala temporal y mejorando la resolución espacial de los datos existentes».

Añadió que «nuestro trabajo es un paso más hacia tener esta discusión y ojalá que existan más esfuerzos por monitorear estas sustancias y así evaluar la necesidad de diseñar sistemas de tratamiento que puedan responder a estos nuevos desafíos (no solo en chile). Nuestro trabajo, en mi laboratorio, apunta justamente a esto, lo que estamos haciendo es investigar nuevas estrategias tecnológicas para el tratamiento del perclorato y clorato de una manera sustentable. Es fundamental que trabajemos: autoridades, empresas sanitarias y academia; todos juntos frente a estos nuevos desafíos, con el objetivo final de tener agua segura para la población».

De la misma manera, desde Aguas del Valle señalaron que «la empresa cumple con la exigente norma para el agua potable en Chile ya que este es un tema país que debe ser abordado por las autoridades y los actores del agua», añadiendo que la sanitaria «está disponible para participar de estudios en este sentido, en conjunto con las autoridades y la academia», de acuerdo a información emanada por el diputado Núñez.