Al igual que la mayoría de las comunas de nuestro país, las dimensiones “Vivienda y Entorno” que evalúa las condiciones habitacionales y del espacio público y “Ambiente de Negocios” que mide la capacidad de atraer inversión de las comunas, son las que presentan mayor incidencia en las brechas de calidad de vida urbana en La Serena y Coquimbo. Actualizar las políticas de vivienda y de entorno urbano, así como las distintas herramientas de financiamiento municipal, es un desafío urgente.
Una de cada tres comunas ha mejorado su calidad de vida urbana en la última década. Esta fue una de las principales conclusiones que arrojó el Índice de Calidad de Vida Urbana (ICVU) 2020, el cual, en esta oportunidad –y con motivo de cumplir 10 años desde su primera versión–, se centró en analizar la evolución en el período de 99 comunas con más de 50.000 habitantes con el fin de observar su comportamiento e identificar las principales causas del mismo.
Respecto de la evolución en los últimos 10 años, el ICVU muestra que, del total de 99 comunas evaluadas, 30 registran importantes avances en su calidad de vida urbana, la mayoría de las cuales corresponde a “Ciudades Intermedias”, las cuales se caracterizan por tener menos de 250.000 habitantes y en las que se concentra el 18% de la población total evaluada por el ICVU. En esta categoría destacan Punta Arenas, Valdivia, Calama, Los Andes y Coyhaique, entre otras. En tanto, 12 comunas de esta categoría, mantienen el ICVU en nivel bajo, como es el caso de Ovalle y donde las mayores brechas se concentran en Ambiente de Negocios, Condiciones Laborales y Condiciones Socioculturales.
En las “Áreas Metropolitanas Emergentes” –que corresponden a ciudades que en corto plazo serán reconocidas como áreas metropolitanas y que suman 16 comunas, en las que vive el 19% de la población– se observa que 5 de ellas mejoraron, siendo destacables los casos de Puerto Varas, Talca, Rancagua, Chillán y Chillán Viejo. En tanto, 11 comunas mantuvieron su calidad de vida urbana, posicionándose entre ellas, La Serena, con un nivel medio alto y, Coquimbo, con un nivel medio bajo. Las brechas en estos casos, están dadas por la dimensión Vivienda y Entorno, con una variación mínima en estos diez años y seguida por las variables Ambiente de Negocios y Condiciones Laborales.
Un comportamiento similar ocurre en las “Áreas Metropolitanas Consolidadas”, que reúne a las 15 comunas que conforman el Gran Valparaíso y el Gran Concepción y en donde vive el 14% de la población evaluada por el ICVU. De estas, cinco mejoraron su calidad de vida urbana, mientras que tres retrocedieron. Villa Alemana y Limache, del Gran Valparaíso, y San Pedro de la Paz, Hualpén y Coronel, del Gran Concepción, destacan por sus avances.
Juan Armando Vicuña, vicepresidente de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), señaló que el estudio, elaborado con el Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la Universidad Católica, “tiene la virtud de poner sobre la mesa el tema de la calidad de vida urbana, de la que poco se hablaba hace una década. Y, además, ayuda al diseño de políticas públicas y a focalizar recursos públicos y privados para mejorar las condiciones de vida de las personas que habitan en diversas comunas del país”.
Por su parte, Arturo Orellana, director del Proyecto ICVU, señaló que, “en términos generales, observamos que se ha producido un aumento de comunas con un nivel medio alto de calidad de vida urbana y una disminución de las que presentan un nivel bajo. Sin embargo, y al mismo tiempo, persisten importantes brechas entre comunas, lo que demanda una urgente respuesta público-privada, ya que la calidad de vida en las ciudades es cada vez más relevante para las personas. Los resultados del ejercicio que hemos hecho este año evidencian que, en la medida en que se complejiza la escala de ciudad, aumentan las desigualdades de las comunas y se dificulta el proceso de mejoramiento de la calidad de vida urbana”.
En tanto, el presidente de la CChC La Serena, Sergio Quilodrán indica “siempre hemos visto este estudio como un aporte para mejorar las condiciones de vida de nuestros habitantes y hoy, más que nunca, frente al complejo escenario que hemos vivido este año, como gremio tenemos la labor de resolver problemáticas y desigualdades de manera colaborativa y en una alianza pública-privada, tal como ha sido, nuestra manera de trabajar. Es urgente abordar, por ejemplo, soluciones estratégicas para la erradicación de campamentos y hacinamiento que afectan a nuestras comunas y principalmente a Coquimbo. Esto está en nuestra agenda 2020-2021 y es un desafío a nivel nacional”.
Entre las propuestas para reducir las brechas, Arturo Orellana, señala “revisar y mejorar los mecanismos de financiamiento municipal y actualizar la política pública para revertir el aumento del déficit habitacional y de los niveles de hacinamiento y de allegamiento, así como acordar estándares urbanos mínimos para todas las comunas del país, son desafíos cuya relevancia nadie puede poner en duda y que demandan la acción decida y conjunta de todos los actores sociales para superarlos”.